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Terapias de psicología y neuropsicología en Mallorca

Duelo

El duelo es la reacción natural ante la pérdida de una persona, objeto o evento significativo con quien uno ha tenido una estrecha relación; o, también, la reacción emocional y de comportamiento en forma de sufrimiento y aflicción cuando un vínculo afectivo se rompe. Incluye componentes psicológicos, físicos y sociales, con una intensidad y duración proporcionales a la dimensión y significado de la pérdida.

Como ya hemos mencionado, el duelo ante la muerte de un ser querido es una reacción humana normal, es el proceso de adaptación emocional que sigue a cualquier pérdida. La derivación hacia el duelo patológico se plantea cuando estas anomalías se extienden en el tiempo o derivan a otro tipo de problema psiquiátrico.

El duelo y la aceptación de la pérdida pasa por las siguientes fases:
Negación: la persona no acepta la muerte, puede entrar en estado de shock y siente la sensación de que está viviendo un sueño, puede haber una cierta sensación de irrealidad e incredulidad y las emociones se pueden bloquear.
● Ira: se activan sentimientos de frustración y de impotencia que pueden acabar atribuyendo la responsabilidad de la pérdida a terceras personas o a uno mismo.
● Negociación: se empieza a contactar con la realidad de la pérdida, a hacerse consciente de la pérdida. Se empiezan a explorar qué cosas hacer para revertir la situación.
● Depresión: se va asumiendo la realidad y lo que implica emocionalmente la ausencia, manifestándose a través de pena, nostalgia, tendencia al aislamiento social,…etc.
● Aceptación: supone la llegada a un estado de calma y comprensión, de que la muerte es inherente a la vida, lo que no implica dejar de recordara a la persona fallecida sino aprender a vivir sin ella.

No existe una respuesta clara a la pregunta de cuándo se termina un duelo, lo que sí sabemos es que es imprescindible haber completado las etapas. Cuando la persona sea capaz de pensar en el fallecido sin dolor y pueda volver a invertir sus emociones en su vida y en las personas que le rodean, será un buen indicador de un duelo acabado.

La sintomatología observada en el proceso de duelo es la siguiente:
El sujeto ha experimentado la muerte de alguien con quien mantenía una relación cercana.
● Desde la muerte, al menos uno de los síntomas siguientes está presente y persistente al menos 12 meses en el caso de adultos en duelo y 6 meses para niños:

    • Anhelo/añoranza persistente del fallecido. En niños pequeños, la añoranza puede expresarse mediante el juego y el comportamiento, incluyendo los que reflejan la separación y también el reencuentro con un cuidador u otra figura de apego.
    • Pena y malestar emocional intensos en respuesta a la muerte.
    • Preocupación en relación al fallecido.
    • Preocupación acerca de las circunstancias de la muerte.

Desde la muerte, al menos 6 de los síntomas siguientes:

    • Malestar reactivo a la muerte:
    • Importante dificultad para aceptar la muerte.
    • Experimentar incredulidad o anestesia emocional en relación a la perdida.
    • Dificultades para rememorar de manera positiva al fallecido.
    • Amargura o rabia en relación a la pérdida.
    • Valoraciones desadaptativas acerca de uno mismo en relación al fallecido o a su muerte, por ejemplo auto-inculparse.
    • Evitación excesiva de los recuerdos de la pérdida.

Alteración social de la identidad:

    • Deseos de morir para poder estar con el fallecido.
    • Dificultades para confiar en otras personas desde el fallecimiento.
    • Sentimientos de soledad o desapego de otros individuos desde la muerte.
    • Sentir que la vida no tiene sentido o está vacía sin el fallecido.
    • Confusión al papel de uno en la vida, o una disminución del sentimiento de identidad propia.
    • Dificultad o reticencia a mantener intereses, como amistades o actividades domésticas.

En cuanto al tratamiento en el proceso de duelo, depende de varias cosas, del tipo de fallecimiento (accidente, enfermedad,…), de la edad de la persona fallecida (niño, adulto, tercera edad), de la relación existente (pareja, padre/madre, hijo,…). Teniendo en cuenta todos estos factores, el psicólogo adaptará la intervención a cada persona y a sus circunstancias.

El objetivo general en procesos de duelo es ayudar al sobreviviente a completar cualquier problemática, aumentar la realidad de la pérdida, ayudar a la persona asesorada a tratar las emociones expresadas y las latentes, ayudarle a superar los diferentes obstáculos para reajustarse luego de la pérdida, animarla a decir un adiós apropiado y a sentirse cómoda volviendo otra vez a la vida.

* Se utiliza el género gramatical masculino de forma genérica para facilitar la lectura, sin ánimo de hacer diferencias entre géneros.

Bibliografía:

American Psychiatric Association (2013). Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-5). Madrid, España: Editorial Médica Panamericana.

Meza Dávalos, E. G., García, S., Torres Gómez, A., Castillo, L., Sauri Suárez, S. y Martínez Silva, B. (2008). El proceso del duelo. Un mecanismo humano para el manejo de las pérdidas emocionales. Revista de Especialidades Médico-Quirúrgicas, 13 (1), 28-31.