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Terapias de psicología y neuropsicología en Mallorca

Trastornos de ansiedad

Los trastornos de ansiedad son uno de los trastornos más frecuentes en atención primaria. Su diagnóstico presenta algunas dificultades debido a que el cuadro clínico muestra en primer lugar una sintomatología somática, mientras las quejas psíquicas solo logran aflorar cuando el médico las investiga más a fondo. Otras veces el trastorno está subyacente en una enfermedad orgánica o psiquiátrica.

Los trastornos de ansiedad se sitúan como los trastornos psicológicos con una mayor prevalencia rondando el 6% de la población.

La ansiedad es una respuesta normal ante la percepción de una amenaza real, tiene una función adaptativa y está muy relacionada con la supervivencia. Pero cuando una situación no entraña ningún peligro ni amenaza real y la persona responde como si lo hubiera, es cuando se desarrollan los diferentes trastornos de ansiedad. Estos trastorno de ansiedad provocan una sensación de intenso malestar (miedo, angustia, terror), que en muchas ocasiones puede ir acompañado de síntomas físicos y pensamientos que viven como amenazantes.

Debemos hacer una diferenciación entre miedo y ansiedad: el miedo es una respuesta emocional a una amenaza inminente, real o imaginaria, sin embargo la ansiedad es una respuesta anticipatoria a una amenaza futura.

Encontramos tres tipos de componentes que intervienen en la ansiedad:
● Cognitivos: se produce una anticipación amenazante, en la que el sujeto evalúa con riesgo y le genera pensamientos automáticos negativos.
● Fisiológicos: originan una activación en el sistema nervioso autónomo que implica aumento del ritmo cardíaco, aceleración de la respiración,… etc.
● Conductuales y motores: se aprecia una inhibición o sobreactivación a nivel motor, búsqueda de seguridad por parte del sujeto, evitación ante ciertas situaciones sociales, agresividad e irritabilidad.

Los síntomas más comunes de los trastornos de ansiedad son los siguientes:

  • Ansiedad y preocupación excesiva, teniendo que darse durante más días de los que ha estado ausente durante un mínimo de seis meses.
  • Dificultad para controlar la preocupación.
  • La ansiedad y la preocupación van asociadas a tres o más de los siguientes síntomas, y al menos alguno de esos síntomas han estado presentes durante más de seis meses:
  • Inquietud o sensación de estar atrapado.
  • Facilidad para fatigarse.
  • Dificultad para concentrarse o quedarse con la mente en blanco.
  • Tensión muscular.
  • Problemas de sueño.
  • La ansiedad, la preocupación o los síntomas físicos causan malestar importante, o deterioro a nivel social, laboral u otras áreas de funcionamiento del sujeto.

Los trastornos de ansiedad se caracterizan por una ansiedad y preocupación desmesurada en relación a los acontecimientos que provocan el malestar.

La intensidad, la duración, la preocupación y la frecuencia de la ansiedad son desproporcionadas a la probabilidad que tiene el paciente de que lo que le está preocupando, realmente suceda.

Además, aparece una gran dificultad para poder gestionar los pensamientos relacionados con la situación que está provocando el malestar.

Teniendo en cuenta el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-5) los tipos más comunes de trastornos de ansiedad se engloban en:

Trastorno de ansiedad generalizada.
● Fobia específica.
● Trastorno de ansiedad social.
● Trastorno de pánico, agorafobia y crisis de angustia.
● Trastorno de ansiedad debido a enfermedad médica.
● Trastorno de ansiedad inducido por sustancias.

En cuanto a su tratamiento, la terapia cognitivo-conductual (TCC) es la terapia que ha obtenido mejores resultados a nivel científico. La TCC se basa en cambiar o modificar las distorsiones cognitivas o pensamientos negativos del paciente, con el fin de lograr desarrollar estrategias de afrontamiento que estén enfocados en resolver los problemas actuales. Pretende tomar conciencia de los pensamientos negativos, de modo que pueda resolver situaciones exigentes.
La TCC es una forma de terapia «centrada en el problema» y «orientada a la acción». El paciente conseguirá aprende a resolver problemas y situaciones que con anterioridad le habían rebasado y fueron en cierto modo insuperables, enseñándole a evaluar y a modificar sus pensamientos, haciéndolos más positivos y equilibrados, de manera más realista y adaptativa. Es decir, ampliará la variedad de estrategias a seguir. Por tanto, el objetivo es delimitar las falsas creencias, identificar los pensamientos automáticos negativos, aprendiendo a reconocerlos, registrarlos y cambiarlos por otros más sanos.

¿Cuándo es necesario acudir a un profesional?.
Será conveniente acudir a un profesional cuando detectes los siguientes sentimientos, pensamientos o síntomas:

  • ¿Estás frecuentemente nervioso, inquieto o preocupado
  • ¿Anticipas que algo puede salir mal?.
  • ¿Estás constantemente pendiente de tus reacciones corporales?.
  • ¿Te cuesta dejar de pensar en algo que te preocupa y estás constantemente dándole vueltas a lo largo del día, aunque no puedas solucionarlo?.
  • ¿No recuerdas cuando fue la última vez que te sentiste relajado?.
  • ¿Sientes a menudo que te falta el aire o que el corazón te palpita más rápido?.
  • ¿Tienes con frecuencia dolores de cabeza, dolores de estómago o dolores musculares?.
  • ¿Tienes constantemente miedo o temor a que os pueda ocurrir alguna catástrofe a ti o a tus seres queridos?.
  • ¿Tienes dificultades para conciliar el sueño? ¿Te despiertas durante la noche?.

* Se utiliza el género gramatical masculino de forma genérica para facilitar la lectura, sin ánimo de hacer diferencias entre géneros.

Bibliografía:

American Psychiatric Association (2013). Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-5). Madrid, España: Editorial Médica Panamericana.

Clark, D. A. y Beck, A. T. (2013). Terapia cognitiva para trastornos de ansiedad. Madrid, España: Editorial Desclée de Brower, S.A.