Terapias de psicología y neuropsicología en Mallorca

Trastornos de la alimentación
Los Trastornos de la Alimentación son la tercera enfermedad de salud mental más común en adolescentes y mujeres jóvenes, provocando un elevado riesgo para la salud de los pacientes. Si bien es un trastorno cuya aparición es más común entre las mujeres, los varones también se ven afectados, aunque en una proporción muy inferior.
Las alteraciones en la conducta alimentaria pueden ser varias: restringir la ingesta de alimentos, llevar a cabo conductas compensatorias después de las comidas (por ejemplo, vomitar o tomar laxantes), comer de forma voraz grandes cantidades de alimentos (más conocido como atracones),… etc. Además, estas alteraciones van acompañadas de sentimientos y pensamientos negativos hacia uno mismo, distorsiones de la imagen corporal, baja autoestima o ansiedad. Por lo tanto, detrás de cualquier desorden en la ingesta de alimentos, habrá un conflicto emocional que solucionar.
Los trastornos de la alimentación más comunes son: anorexia nerviosa, bulimia nerviosa y el trastorno por atracón. Con frecuencia este tipo de trastorno suele coexistir con otros problemas, como la depresión, el abuso de sustancias, la ansiedad,… etc.
Debido a la complejidad de este trastorno, el tratamiento óptimo implica la acción de un equipo multidisciplinar que esté capacitado para abordar todos los niveles de intervención, empezando por un médico especializado en el desarrollo adolescente, un médico especialista en nutrición, un especialista en salud mental (psiquiatra y psicólogo) y, en los casos de hospitalización, enfermeros especialistas en el manejo de estos trastornos. La unión de todos estos profesionales persigue una única meta, lograr alcanzar la salud física y psicológica del paciente.
¿Cuándo es necesario acudir a un profesional?.
A continuación, aparecen algunas de las señales de alarma que pueden indicar un trastorno de la alimentación:

- Omitir comidas o poner excusas para no comer.
- Adoptar una dieta vegetariana demasiado restrictiva.
- Centrarse excesivamente en la alimentación saludable.
- Prepararse los alimentos, en lugar de comer lo que la familia come. Evitar comer con la familia.
- Alejarse de las actividades sociales normales.
- Preocuparse o quejarse continuamente por estar gordo y hablar sobre cómo bajar de peso.
- Comer reiteradamente grandes cantidades de dulces o de alimentos con alto contenido de grasas.
- Tomar suplementos dietéticos, laxantes o productos herbarios para bajar de peso.
- Hacer ejerccicio en exceso.
- Tener problemas de pérdida del esmalte dental, un posible signo de vómitos reiterados.
- Ir al baño durante las comidas.
- Expresar depresión, enojo, vergüenza o culpa respecto de los hábitos de alimentación.
- Comer a escondidas.
- Preocuparse en exceso por su cuerpo y su figura. Pesarse con frecuencia.
- Contar las calorías de todos los alimentos que se ingieren e incluso, eliminar los más calóricos.
* Se utiliza el género gramatical masculino de forma genérica para facilitar la lectura, sin ánimo de hacer diferencias entre géneros.
Bibliografía:
American Psychiatric Association (2013). Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-5). Madrid, España: Editorial Médica Panamericana.